Relato de ficción. Cualquier situación descrita no tiene ninguna relación con ningún personaje real, así como tampoco se ajusta a ninguna realidad vivida por la autora de la siguiente narración:
"He soñado tanto contigo, con tu figura, con tu aroma, con todas las conversaciones que podríamos tener. Cada vez que hago algo divertido y estoy sólo, me imagino cómo sería si estivieses a mi lado, qué me dirías, y comienzo a conversar contigo. Tú me respondes mirándome siempre con esa sonrisa que tú tienes, esa sonrisa que me mira tan nerviosa, al menos a mí. No sé al resto.
Yo también te he mirado nervioso. Siempre te miro nervioso, en realidad. No sé muy bien cómo reaccionar frente a tí.
Han sido dos años de seguirte en mis pensamientos, de encuentros frustrados, de tantos tiras y aflojas, de noviazgos tuyos y míos, de nunca estar juntos pero siempre desearlo.
Y ahora que te miro y sé que por fin puedo besarte, que puedo acurrucarme en tus brazos, no me atrevo a hacerlo.
Necesito conocerte de nuevo. Necesito saber que eres la misma que me sonríe sentada en mi cama cuando te imagino. La misma que me acompaña caminando por mi barrio las noches heladas de invierno. La misma que sueño, que respiro, la misma que busco a mi lado en la cama.
Pero quiero que lo seas.
Te convertiste en mi cabeza en la chica perfecta. Todo lo que pienso de tí es bello. Y ahora debo hacer como que jamás te conocí, como que jamás te deseé y volver a reconocer en tí todas esas cosas que me enamoraron aquella tarde que nos presentaron.
Quizás te cueste entenderlo, pero necesito separar la chica que tengo enfrente de la chica que llevo soñando.
Aunque confieso que creo firmemente que no me costará. Porque te recuerdo perfectamente llegando al parque, al picnic que celebraba mi cumpleaños, con esa torta que estuviste toda la noche anterior preparando.
Te recuerdo bailando en la fiesta en la que nos encontramos, paseando en bicicleta por la calle, reconociéndome entre la multitud y saludándome con euforia, feliz de coincidir conmigo.
Nadie que salude con tal alegría, que abrace con tanta intesidad, que sonría tan cristalinamente, puede no enamorarme.
Por eso, ahora que sabes que seré tuyo, y yo sé que serás mía te pido un tiempo. Partamos por esta tarde juntos. Con una mano, sostendré tu cabeza. Con la otra, tomaré la tuya.
Mañana comienza la lluvia de meteoritos y quiero que estés conmigo.
Y sí, claro que te acompaño al cumpleaños de tu hermana pequeña.
El fin de semana podríamos ir al parque.
No me voy a separar de tí hasta que sepa que ya separé ambas imágenes. Entiende que no te quiero moldear, quiero vencer mi fantasía para conocerte en contextos, para comprenderte, para re-enamorarme. Y enamorarte.
Y ahí; cuando suceda todo eso, quizás te pida que no nos separemos jamás."
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4 comentarios:
oiga...
oiga..
lindo el relato
hay que puro ver..
la vida está llena de coincidencias..
mmm.-..
Que lindo eso que escribiste!!!
me gustó mucho...
quiero ver esa lluvia de meteoritos tomada de la mano de alguien especial!!!
besitos!!!
TanGómana___________*
MUCHAS GRACIAS NITSHER!!!!! no sabía lo del 12 de agosto, por esas fechas planeo un viaje a mi lugar favorito en el mundo. un lugar con gente buena (que cree en el trueque), con olor a árboles y a frutas, con música de grillos y de viento, con miles y miles de millones de estrellas viejísimas bailando sobre mi cabeza.
once again MUCHAS GRACIAS!!!
Espero que tu también tengas vacaciones...
Y espero que esta historia de ficción tenga alguna porción de realidad en tu vida...
Al menos las partes wenas!!!...
Un beso...
Saludos...
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